Sunday, July 15, 2012

La poética de Lourdes Batista en el poemario En la Soledad de mi cama, Doris Melo




En mis años de estudiante tuve la oportunidad de conocer sobre el tema del feminismo. Desde los años en que se inician, los años cincuenta, hasta la actualidad. Me he nutrido de las escritoras hispanoamericanas y caribeñas más importantes de estas generaciones en los géneros poesía y novela.
Pero no voy hablar de ello ahora, porque el tema que me trae es sobre una mujer joven, de una sonrisa muy hermosa, que recién se inicia como poeta y de quien vale la pena comentar su trabajo poético. Se trata de Lourdes Batista la cual publicó recientemente su primer libro titulado “En la soledad de mi cama”.
Me enfocaré en algunos aspectos importantes de su poética, de los cuales la autora ya ha hecho algunas referencias en la presentación inicial de su poemario.
Se trata de destacar el papel de la mujer en la sociedad. Nos referimos a la necesidad de reivindicación que propone la voz poética en cuanto a reclamar su espacio en la sociedad.
En el primer poema titulado Piezas, la hablante se ve esparcida por el suelo, no se reconoce en los fragmentos que según ella parece un rompecabezas.

Me veo esparcida por el suelo como piezas de un rompecabezas
mis ojos apagados
la luz alzó su vuelo
como pájaro andante
…desparramada, mirando sin ver nada.

La voz parece ser una de mujer dolida y perdida, confundida… mirando sin ver nada. En un vacío perpetuo.
De otra parte en el mismo poema notamos que esa voz continúa denunciando y haciéndonos partícipes de sus voces internas, esas que gritaron verdades y que ahora no tiene fuerza ni para eso. Ella está silenciosa y callada.
Sin embargo al final del poema esta voz cambia de tono y se reivindica:

Me compongo y descompongo mi vida
…mi sexo que me guía hacia la divinidad absoluta, me purifica, me encuentra y me coloca en el push-fit.

Ella, la voz poética, refiere cómo la mujer se encuentra sin remedio atrapada entre su necesidad de tranzar con las normas que la sociedad le impone y por otro lado la necesidad de persistir en la búsqueda de un amor ideal, que como meta no es necesariamente la posesión de un amante, sino la trascendencia de ella como sujeto social y la perfección de si misma:

Miro a todos lados buscando una salida y no la encuentro, […]
Dentro de mí el cuadro es peor, me encuentro perdida en un laberinto de sentimientos y preguntas y respuestas que no llenan vacíos. Estoy perdida.

Pedro López Adorno (1970-1986), en “Coordenadas metafóricas feministas” refiriéndose a la poesía que escriben mujeres, señala que en ella se evidencia un continuo movimiento de la imaginación y a través del siglo XX, la voz poética femenina comienza a profundizar logrando trascender su ira inicial. Entre ellas se inserta Lourdes Batista, quien a lo largo del poemario manifiesta y muestra un compromiso con la mujer latinoamericana y caribeña, presentando e insertando en sus textos, por un lado la ira y por otro la transgresión utilizando diferentes máscaras como veremos más adelante.
Doris Melo
La ironía en el discurso poético de este hablante es un elemento que se cuela en algunos de sus textos:
Como podemos apreciar en el poema titulado 43%, en el que se refiere a un dios que agonizando lleva clavada una lanza en sus brazos de fuego y se lleva consigo la añeja melancolía. La ironía permea en la superficie del texto cuando refiere:

Ese silencio de luz me susurra al oído 
que volverás con la divina aurora 
trayendo vivacidad a mi alma
eclipsada por la costumbre inveterada
del debes hacer 
no ser…

Son máscaras de las que se vale Lourdes Batista para presentar en su discurso la ira y la ironía de la protagonista de En la soledad de mi cama.
Considero que muchos de los poemas de este libro dialogan y coinciden con el discurso femenino de otras mujeres poetas de generaciones anteriores y del momento. Lourdes Batista al igual que ellas, coincide en sus propuestas: reivindicar el espacio de la mujer en todos los ámbitos y denunciar en su diálogo poético. El compromiso de la mujer es lograr antes que todo, un espacio en esa sociedad donde ha sido relegada desvirtuada y marginada a las labores más simples. Se trata del discurso femenino contemporáneo.
La voz poética muestra una resistencia desde el primer verso en el poema

“Cuatro palabras”:
“[…] ninguna mujer merece ser violada
maltratada
dañada
asesinada por su homónimo de dos patas.
Dolor, odio, muerte, rabia, como un volcán.[…]Abusada es una palabra fuerte /que lleva consigo el peso de la historia del hombre. (17)
Ella propone una revolución que será lo que viene haciendo desde el inicio del libro, violentar los cánones de la sociedad para transgredir y de alguna manera lograr que no se siga maltratando la mujer, que como ella, otras recuperen su dignidad e integridad pisoteada por el hombre:

“Propongo una revolución, dentro de las palabras. Y matar, asesinar aquellas que dañan. Ninguna mujer debe ser abusada, violada, maltratada, asesinada…” (17)

En la soledad de mi cama, es un tejido metafórico feminista en el que Lourdes Batista utiliza el lenguaje como discurso del poder, de todas sus manifestaciones masculinas para desmantelar ese discurso:

“Nos fundimos y ahora no sé quién eres tú, ni quién soy yo…
Te respiro, saboreo tus olores,
Bebo de tu miel, me deleito en esta parte de tu cuerpo que me he apropiado sin permiso.
Me hechizas, alucino, grito extasiada,
Me desparramo, te abro mi alma en un sollozo…
Ahora solo quedan mis vacías palpitaciones 
En la soledad de mi cama…” (19)

La protagonista de este poemario, constantemente está violando códigos, transgrediendo espacios al entrar al orden mítico. Ella, se da cuenta de su amor y de sus máscaras en el poema Hoy:

Hoy se inicia el comienzo
O el final de mi vida, hoy 
decreto ser una mujer libre.
Dejaré la esclavitud, romperé
mis cadenas, levantaré mi 
antorcha, acabaré con una,
década, un lustro, un siglo de
Machismo patriarcal. (20)

La hablante, comienza a romper el espejo metafórico en el que ha sido mirada y juzgada desde siglos. Nos muestra, cómo ella se ha dado cuenta, de quién es como mujer y mirando consciente el paso de la ira a la ironía del que ha hablado a lo largo del poemario. Demostrando su independencia en el atreverse a ser:

“Me miro en el espejo y la mujer que veo reflejada no la conozco… 
¿Dónde está aquella joven de grandes ojos color promesa, que creía en la ternura?
Sonrío y el espejo me regala una mueca, la foto lo confirma…
Pero ¿quién soy yo? ¿Soy una catástrofe natural, un huracán, un aguacero, una lluvia que no cesa, un éter líquido, o un manantial? Pero quién es esa mujer, que me sonríe, me habla, me saluda? No la puedo recordar.
Los años suman, los sueños bajan… Me miro en el espejo nuevamente y no veo nada […]”

Lo fabulado en el discurso de la poeta, opera distinto a lo esperado en el poema titulado “Reafirmo”, esperar a que el amor llegue. La protagonista sale a buscarlo. Afirma, que no se anima a amordazar sin compasión a su conciencia. De tal manera, que se revela a la mordaza que la reprime y se abre a esa otredad:

“Reafirmo que te amo con perversa locura,
los ruidos que pueblan el camino
se evaporan cuando escuchan tu voz.
Mis fálicos pensamientos caminan
un sendero que llevan a tu risa,
Mis ojos se pierden detrás de tu luz
en la pérfida noche,
Y mi boca que no calla palabras 
Solo sabe de ti…” 36

La alusión sexual está implícita en el discurso de algunos poemas en el texto de Lourdes Batista. Es un canto rebelde en el que la protagonista se resiste a la subordinación ante el varón. Así, vemos como, el poema Hoy, en este mismo discurso como la voz desplaza las funciones tradicionales, metafóricamente, algo diferente a lo esperado por una mujer. Ella no solo transgrede con estar arriba sino que encontrara el punto G ese lugar sensible de la mujer para provocar todos los orgasmos que ella quiera sin necesidad de someterse por debilidad ante el hombre:

Hoy estaré arriba, tendré un orgasmo,
encontraré mi punto G, 
orinaré de pie y maldeciré 
el síndrome PM…
Hoy seré auténtica, no miraré
al qué dirán, hoy viviré mi vida, 
Hoy existiré…

En los versos del poema anterior, se transgrede con lo bajo, orinar acción de degradar utilizado en la Edad Media como símbolo de acercarse a la tierra .
Lourdes Batista, provoca una nueva mitificación en el discurso femenino, es una situación sistemática y desmitificadora del discurso masculino, que la voz autoritaria maneja valiéndose de los recursos literarios que conoce asociado al discurso masculino.
El poemario es un continuo desgarrar de la memoria de esta hablante, el cual esta lleno de imágenes y de la palabra. Igual que de libertad de formas verbales, que la voz aprovecha para lograr su cometido, y de esta manera desconstruir el discurso del poder, en un desafío aceptado de todos modos Ella, la poeta Lourdes Batista con este poemario y su discurso transgresor, logra este cometido invadiendo precisamente un campo en el que la mujer ha jugado un papel sumiso y ambiguo.
Después de analizar el poemario de Lourdes Batista entendemos a la luz de las demandas y planteamientos que hace la voz poética, la misma irrumpe desde un principio con suavidad en un discurso un tanto irónico. Esa voz en la medida en que entramos en el poemario se hace sentir más transgresora.
A Lourdes Batista le interesa desmitificar esa mujer que no habla, que es su otredad. Esa mujer que todavía permanece relegada en la sociedad patriarcal. La poeta se vale de la alegoría en su poemario que no es más que esa mujer, ella misma. La que irrumpe en ese espacio, y en un canto y otro contra canto denuncia, transgrede, ironiza y juega con el erotismo a veces para atreverse como mujer y con esto dejar bien claro a través de la metáfora del espejo esa otredad que reclama un espacio de igualdad.



Bibliografía

Obra de la autora
Lourdes Batista. En la soledad de mi cama (poemas). Editorial Búho. 2012

Bibliografía General
Gelpi, Juan. “Especulación y remotivación en Fábulas de la garza desangrada de Rosario Ferré”. En Gilbert Paolini, La Chispa. ´85. 6th Lousiana Conference of Hispanic Languages and literatures. New Orleans. Tulane University, 1985. 125’132


Por : Doris Melo Mendoza.
2012
Universidad de Río Piedras, Puerto Rico.

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